La Historia de Gofu

Erase una vez un pequeño tofu nacido en una aldea del lejano oriente. Desde pequeño siempre tuvo una gran curiosidad por conocer el mundo. A pesar de su deseo, su padre le tenía prohibido salir más allá de su hogar, por miedo a que bandidos que rondaban el bosque se lo comieran.
Hubo un día en que este valiente tofu decidió fugarse del plato sin saber el peligro que se le avecinaba. Entre los límites de la aldea y el bosque, nuestro amigo se vio rodeado de rufianes hambrientos que lo devorarían sin piedad, a menos que les ofreciera algo mejor que su propia vida. Justo a tiempo su padre llegó a rescatarlo, usando sus mejores habilidades con la espada los derrotó de uno en uno, hasta acabar con todos ellos. 
Al rescatar a su hijo en una sola pieza, fueron a casa pensando que habían logrado regresar sanos y salvos pero en su hogar los esperaban más bandidos. El padre, el gran guerrero, tuvo que enfrentarse nuevamente, resultando gravemente herido. El pequeño tofu tuvo que cuidarlo por meses hasta que poco a poco la herida fue sanando y sólo le quedó una gran cicatriz a un costado, producto de una mordedura. 
Queriendo venganza, el pequeño tofu pidió a su padre que lo entrenara, mintiéndole con la excusa de poder tener herramientas para defenderse.
Largos años pasaron y el pequeño tofu creció tanto en cuerpo, mente como en espíritu. Sin olvidarse de la venganza y con su padre ya muy viejo para detenerlo, salió en busca de aquellos rufianes. Lo que no sabía es que al salir de la aldea se encontraría a un mundo lleno de curiosidades, de aventuras inimaginables con personajes peculiares de ojos achinados, y de innumerables platos.
Estaba comenzando a conocer el mundo asiático... 

"Con mi sombrero de arroz, mi cuerpo de tofu y mi mente de guerrero lograré trazar mi destino. Yo Gofu, hijo de Hanto, seré el mejor y lograré mi misión."

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